La descarbonización es una parte fundamental de la transición energética. Descubre los pasos a seguir, incluyendo qué puedes hacer en tu empresa y en tu hogar.
Así es como el escritor y periodista americano David Foster Wallace describe la historia de las emisiones del dióxido de carbono (CO2) en su libro La Tierra inhabitable. Si lo has leído, sabrás de lo que hablamos. Si no lo has hecho, en este artículo te vamos a explicar lo urgente que es modificar los hábitos de consumo energético.
¿Qué es la descarbonización? Analizando la terminología
Cada vez es más habitual ver cómo se añaden a nuestras expresiones habituales una serie de términos y acrónimos con los que no siempre somos capaces de asociar conceptos concretos. Por tanto, es importante dejarlos claros.
Descarbonizar
La descarbonización consiste en la reducción de las emisiones de carbono a la atmósfera, sobre todo de dióxido de carbono (CO2). Alrededor del 86% de las emisiones de dióxido de carbono proceden de la quema de combustibles fósiles para producir energía y materiales. Por lo tanto, la eliminación o reducción del uso de energías procedentes de los combustibles fósiles, como el carbón, el gas o el petróleo, es una de las principales medidas para reducir (y preferiblemente, eliminar) las emisiones de gases de efecto invernadero. Las emisiones restantes provienen fundamentalmente de la deforestación y de los incendios.
La transición energética orientada a una energía más sostenible implica la progresiva sustitución de tecnologías que utilizan combustibles fósiles por otras derivadas únicamente de fuentes renovables.
Dióxido de carbono (CO2)
Es el principal culpable del efecto invernadero, pero hay otros, como el metano (CG4), el óxido nitroso (N2O) y el ozono (O3). Con el objetivo de facilitar la medición de las emisiones de estos gases, se diseñó una escala internacional: el dióxido de carbono equivalente (CO2e), a partir del cual los demás gases se convierten en CO2, haciendo más fácil analizar su impacto en el calentamiento global.
Economía circular
La economía circular es un modelo de producción y consumo que implica compartir, alquilar, reutilizar, reconstruir, renovar y reciclar materiales y productos existentes, tanto como sea posible. De esta forma, se alarga la vida útil de los productos.
Gases de efecto invernadero (GEI)
Estos gases absorben una parte de la energía y el calor de los rayos solares y los dispersan por la atmósfera, impidiendo que se libere al espacio. Son los responsables de la vida en La Tierra y del calor. Sin embargo, cuando las emisiones son excesivas, el calor aumenta en nuestro planeta, provocando el calentamiento global y el cambio climático.
La huella de carbono
El carbono se produce por procesos naturales, como la respiración y descomposición de plantas y animales, pero la acción del ser humano lo convierten en dañino. Piensa en la ropa que te has puesto hoy, en el calzado, en la última comida que has tomado y en el medio de transporte que has usado para ir a trabajar. En tu teléfono móvil. ¿Sabes la cantidad de carbono utilizada para producirlo? La huella de carbono es un concepto utilizado para calcular el impacto de una determinada actividad, de una persona o de un país en lo referente al cambio climático.
¿Cuántos ceros hay en un billón?
Los números difundidos por El Global Carbon Project calculan que, en 1950, cinco años después del fin de la Segunda Guerra Mundial, las emisiones anuales de dióxido de carbono a nivel global pasaron de 4 a 6 billones de toneladas. En 1989 (el año en el que se estrenó Seinfeld), se habían alcanzado los 22 billones. Y en 2019, la humanidad fue responsable de la emisión de 36,4 billones de toneladas. Un billón, por si tienes dudas, tiene 12 ceros. Párate un momento a contemplar cada uno de ellos (1.000 000 000 000).
Cada año se publica el Circularity Gap Report (informe sobre la brecha de la circularidad), que analiza el estado de la circularidad mundial y que tiene como objetivo inspirar a tomar medidas y mejorar la economía circular global. Según las últimas cifras reveladas, solo el 8,6% de la economía mundial es circular. Para mantener este planeta habitable es necesario duplicar este número, lo que significa llegar como mínimo al 17%.
Uno para todos, todos para uno
En 2015, según el Acuerdo de París, todos los países del mundo se comprometieron a mantener el calentamiento global por debajo de los 2ºC y a luchar contra los efectos del cambio climático, fijando objetivos para reducir las emisiones de carbono. En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático–COP26-, celebrada a finales de 2021 en Escocia, 190 países fueron retados a reducir las emisiones de cara a 2030.
La Unión Europea se ha comprometido a reducir, como mínimo, el 55% de las emisiones para el año 2030. La Ley del Clima establece la neutralidad del carbono como objetivo, situando a Europa como el primer continente en lograr las cero emisiones de gases líquidos con efecto invernadero. Del conjunto de medidas dispuestas, es necesario concentrar nuestra atención en las siguientes:
El Régimen de Comercio de Derechos de Emisión de la Unión Europea
Afecta a sectores que generan emisiones de carbono, como las centrales térmicas, las refinerías, las cementeras, las papeleras o las industrias del vidrio, entre otras. Establece que las empresas de estos sectores cuenten con permisos de licencia por cada tonelada de CO2 que emitan.
Mecanismos de Ajuste en Frontera por Carbono
Consiste en poner un precio al carbono en función de si las mercancías son importadas de países que no están tan comprometidos con el cambio climático. El objetivo es evitar que las industrias europeas deriven su producción a países con normativas menos estrictas en lo que a emisiones de gases de efecto invernadero se refiere.
Preparar los bosques para el cambio climático
Teniendo en cuenta los datos del Parlamento Europeo, los bosques europeos absorben anualmente el 8,9% de los GEI de toda la UE. La intención de la normativa europea es prevenir las emisiones producidas por la deforestación y hacer que los estados miembros compensen los cambios en el uso del suelo, ya sea mejorando el control de las emisiones o aumentando las superficies forestales.
Transición hacia vehículos híbridos y eléctricos
Las emisiones ocasionadas por los coches representan el 15% de las emisiones de CO2 de la Unión Europea. En este contexto, se han diseñado medidas para facilitar la transición hacia los vehículos híbridos y eléctricos.
Pequeños pasos que suponen grandes cambios
Como corresponsables del problema, debemos asumir nuestra parte de responsabilidad en la adopción de medidas para revertir la situación.
En las empresas
Un estudio desarrollado por la consultora Boston Consulting Group (BCG) concluye que las empresas pueden reducir al menos el 30% de sus emisiones contaminantes sin que ello conlleve un desembolso directo para sus negocios. El informe Winning the Race to Net Zero: The CEO Guide to Climate Advantage, publicado en enero de 2022 en colaboración con el Foro Económico Mundial, muestra que la apuesta por la sostenibilidad supone importantes ventajas competitivas para las organizaciones.
Entre las medidas que pueden (y deben) adoptarse para reducir la huella de carbono de una compañía encontramos:
- Medida y análisis de la GEG emitida;
- Inversión en recursos de energía renovable (como pueden ser la energía solar o la eólica);
- Implementación de soluciones y equipamientos que optimicen el coste de la energía y su consumo;
- Implementación de soluciones que promuevan la reducción de residuos y residuos y el reciclaje;
- Adopción de soluciones digitales que permitan la medición, monitorización y tratamiento de los datos para la gestión y optimización de los procesos;
- Apuesta por la digitalización;
- Optimización de las rutas, desplazamientos y viajes;
- Concienciación y sensibilización de los colaboradores;
- Opción de elegir socios y proveedores que vayan a adoptar políticas medioambientales;
- El fomento de programas de reforestación
En nuestro día a día
Todo comienza siempre con pequeños pasos. Moviliza a tu familia, calcula tu huella de carbono y fija objetivos para la reducción. Conciencia a tus hijos y plantéales retos divertidos y asumibles para que ellos también puedan participar. Mide los resultados regularmente. Existen multitud de calculadoras online que miden la huella de carbono: como pueden ser la web de las Naciones Unidas o Carbon Footprint. En portugués está la World Wide Fund for Nature (WWF) Brasil. En nuestras manos está hacer posible lo siguiente:
- Usar bolsas reciclables;
- Utilizar nuestros propios recipientes cuando vamos al supermercado o por productos para llevar, en lugar de recipientes de plástico o de un solo uso;
- Elegir productos recargables;
- Comprar la cantidad exacta de comida que necesitamos para evitar el desperdicio de alimentos;
- Optar por productos de temporada, orgánicos y de producción local;
- Reducir el consumo de carne;
- Adherirse a huertos urbanos y producir los vegetales que consumimos
- Apagar los aparatos electrónicos cuando no los estamos usando;
- Tomar duchas rápidas;
- Cerrar el grifo mientras nos cepillamos los dientes o lavamos los platos;
- Secar la ropa al aire libre, en lugar de utilizar la secadora;
- Reciclar;
- Evitar el coche y los viajes en avión y por los viajes en transporte público y bicicleta;
¿Sabes cuál es la huella ecológica de tu vuelo? Calcúlalo en la Organización Internacional de la Aviación Civil, mediante la calculadora disponible.
- Elegir pescados procedentes de la pesca sostenible;
- Utilizar bombillas de bajo consumo;
- Optar por electrodomésticos con mejor eficiencia energética;
- Reciclar muebles y ropa;
- Reducir el uso de productos químicos;
- Plantar árboles.
Es imposible eliminar la huella de carbono en nuestro día a día. Si no podemos evitarla, podemos compensarla mediante el apoyo de proyectos fiables que se implican de forma activa con la reducción de las emisiones. En la plataforma United Nations Carbon Offset, de las Naciones Unidas, puedes encontrar un montón de proyectos.