Finanzas sostenibles
Parece un concepto difícil, referido a la alta dirección de las instituciones financieras y los consejos de administración de las empresas. De hecho, las Finanzas Sostenibles influyen a lo largo de nuestras vidas, y todos también tenemos un papel que podemos jugar para asegurarlas, como eje prioritario para fortalecer la sostenibilidad del planeta.
Con el desarrollo social, económico y ambiental como telón de fondo, las Finanzas Sostenibles son todos los servicios, productos y decisiones financieras que integran criterios de sostenibilidad en su definición o ejecución. Son una herramienta indispensable para satisfacer las necesidades globales de innovación o mejora de la infraestructura, mientras promueven el uso eficiente de los recursos, minimizan los impactos negativos sobre el medio ambiente y contribuyen a la estabilidad de los mercados financieros. Actualmente, ya existen productos de Finanzas Sostenibles en entidades bancarias y financieras consideradas tradicionales, pero también existen varias startups dedicadas a este tipo de inversiones, que pueden ir desde fondos de inversión, bonos y obligaciones, un poco como otras inversiones más clásicas. La diferencia es que estos son impulsados no solo por la intención de obtener un buen rendimiento, sino también de marcar la diferencia en el mundo que nos rodea.
Según la Organización de las Naciones Unidas, que definió en 2015 los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030, las necesidades de financiación para cumplir estos objetivos “superarán con creces los flujos financieros actuales, pero se pueden conseguir a través de los grandes recursos de inversión disponibles”. Dado que el financiamiento y la inversión forman parte de los diversos Objetivos de Desarrollo Sostenible, la Organización de las Naciones Unidas ha inscrito las Finanzas Sostenibles en el decimoséptimo y último, 'Alianzas para la Implementación de los Objetivos'. Por otro lado, si bien las acciones de los países y las empresas son importantes en la búsqueda de inversiones en sostenibilidad, no es menos crucial apoyar a los países y regiones donde las dificultades financieras sirven como una barrera para el desarrollo sostenible.
ESG como factores de cambio
Es una expresión cada vez más presente en el día a día de los negocios. Ambiental, Social y de Gobierno (ESG en su acrónimo en inglés, Environmental, Social and Governance) son los factores que mejor definen las prácticas financieras sostenibles en la actualidad. Y a pesar de que la preocupación tanto por los problemas sociales como por el medio ambiente exista desde varias décadas (en 1977, por ejemplo, los Principios de Sullivan se centraron en la presión sobre el régimen sudafricano a través de empresas), solo en 2006 apareció por primera vez el término ESG en un informe de la ONU sobre Principios para la Inversión Sostenible. Este documento dio lugar a una red internacional de inversores y gestores de activos y ha sido adaptado y reforzado, con documentos y directrices específicos para diversas áreas.
La integración de los factores ESG es cada vez más una necesidad en términos de regulación europea y global, pero también un objetivo que muchas empresas e instituciones buscan voluntariamente alcanzar. En Portugal, la asociación empresarial BCSD (Business Council for Sustainable Development) creó un grupo de trabajo, del que forma parte EDP, específicamente dedicado a las Finanzas Sostenibles. Una de sus misiones actuales ha sido hacer un seguimiento de la entrada en vigor en Europa, en julio de 2021, de las nuevas medidas para este ámbito, apoyadas por la Comisión Europea:
- Estrategia de Finanzas Sostenibles. Foco en el cambio climático, en línea con el Pacto Verde Europeo y la necesidad de centrarse en la sostenibilidad como ayuda a la recuperación económica, tras la pandemia de Covid-19;
- Armonización Europea de Bonos Verdes. Definición de reglas, en línea con la Taxonomía de la Unión Europea, y fortalecimiento de la transparencia, para eliminar el lavado verde y asegurar una escalada positiva en el mercado europeo de los bonos verdes;
- Taxonomía de la UE para Finanzas Sostenibles. Obligación de información clara y exhaustiva sobre el desempeño ambiental de sus actividades, por parte de las empresas financieras y no financieras, con el contenido, metodología y presentación de la información que especifique la Unión Europea.
Luchar contra el lavado verde, asegurar compromisos serios
El último torneo de fútbol europeo estuvo marcado por la negativa de jugadores, como Cristiano Ronaldo, a tener refrescos frente a ellos en ruedas de prensa, en un intento de alejar la asociación de bebidas poco saludables con el deporte. Esta es también la preocupación de muchas entidades con respecto al medio ambiente, un tema "de moda", que muchas veces sirve de tapadera para poco más que estrategias de marketing. El lavado verde es como los productos light en lo que a las finanzas de las empresas se refiere, con un objetivo global de asegurar la efectividad real de las inversiones.
Según un artículo del Foro Económico Mundial, los fondos de inversión asociados a la integración de factores ESG ya valen 43.000 millones de euros en todo el mundo, lo que equivale a casi el 60 % del PIB mundial y dos veces y media el PIB de Estados Unidos. Y también menciona que por día aparecen una media de dos nuevos fondos de inversión de este tipo. Sin embargo, es difícil evaluar las intenciones e impactos reales de todos estos fondos en términos de sostenibilidad, y las inversiones a menudo se asocian con meras estrategias de reducción de costos y ligeras mejoras en la eficiencia energética. Es en este aspecto donde cobra aún más importancia la definición de nuevas métricas, reglas de transparencia y compromisos serios con el medio ambiente y las poblaciones.
Hay varias empresas e índices que se centran en evaluar los factores ESG. El primer índice de sostenibilidad, el Dow Jones Sustainability Index (DJSI), es anterior al uso común del acrónimo, habiendo aparecido en 1999. En 2021, el DJSI ya evalúa a 5.000 empresas de todo el mundo, muy por encima del número que figura en el índice bursátil norteamericano. Sustainalytics ESG Risk Ratings, Bloomberg ESG Data Services, Thomson Reuters ESG Scores y RepRisk son otros ejemplos de entidades que analizan decenas de miles de empresas.
Finanzas Sostenibles: el poder de la inversión
El compromiso con la sostenibilidad de las empresas, instituciones financieras y gobiernos ha crecido exponencialmente en los últimos años, respondiendo a los desafíos de la sociedad y las alertas de la comunidad científica, relacionadas con los efectos, algunos de ellos irreversibles, del cambio climático. La inversión verde y los bonos o obligaciones verdes funcionan tanto como acciones concretas de cambio -desde la búsqueda de la eficiencia energética, el ahorro de recursos y la reducción de emisiones de carbono, como claros signos de atracción para los mercados internacionales. Al mismo tiempo, la sociedad civil también se está moviendo y creando iniciativas que terminan anticipando el cambio de rumbo de las inversiones públicas y privadas.
Selección como medio de elección
Los principios y valores éticos también importan cuando un ciudadano o una empresa realiza inversiones, más aún cuando el objetivo es el desarrollo sostenible. Si la publicidad y el patrocinio imponen reglas cada vez más estrictas (véase el ejemplo de las bebidas alcohólicas o el tabaco en las competiciones deportivas), los propios fondos de inversión y sus usuarios son conscientes de estos factores.
La selección positiva privilegia a los que se caracterizan por sus apuestas sostenibles, en línea con la integración de factores ESG - y prestando especial atención a las calificaciones internacionales a la hora de componer una cartera de inversión. La selección negativa examina lo que hay detrás y elimina de una cartera existente aquellas empresas y sectores que se asocian con impactos ambientales y sociales negativos, y con la falta de preocupación por la sostenibilidad en términos generales.
Asegurar la sostenibilidad del planeta, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y los objetivos del Acuerdo de París, requiere empresas y sistemas financieros sólidos, resilientes e intervencionistas en estas materias. Tener Finanzas Sostenibles en un mundo en transición económica, energética y digital es fundamental para el desarrollo de toda la sociedad.