Hacer que el aire que respiramos sea más puro
08 Sep 2021
6 min

Cada año, 4.2 millones de personas mueren como resultado de la exposición continua a la contaminación del aire, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Otros 3.8 millones sufren lo mismo por el humo relacionado con la cocina o la calefacción. Las enfermedades pulmonares, cardiovasculares y relacionadas con accidentes cerebrovasculares, causadas o agravadas por la contaminación, son las principales causas de estas cifras. Y el 91 % de las personas vive en lugares con una concentración de contaminantes en el aire superior a la recomendada por la OMS, particularmente en regiones menos desarrolladas o regiones con mayor presión urbana e industrial.

La Calidad del Aire es extremadamente importante para una vida sana, pero también para la sostenibilidad de todo el planeta. Al establecer los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030, la Organización de Naciones Unidas no ha inscrito la Calidad del Aire como uno de ellos. La razón es simple: este es un tema transversal para varios ODS, siempre presente en la estrategia de numerosos objetivos. Salud y Bienestar, Acceso a la Energía, Ciudades Sostenibles, Cambio Climático y Alianzas Globales son los principales objetivos de la ONU que incluyen esfuerzos para mejorar la Calidad del Aire en general y combatir la contaminación, ya sean emisiones de gases de efecto invernadero o la presencia de partículas contaminantes en la atmósfera.

En 2018, el Director General de la OMS, Tedros Ghebreyesus, se refirió a la contaminación del aire como “el nuevo tabaco”, definiéndola además como una “emergencia silenciosa de salud pública”, a la que “nadie, rico o pobre, puede escapar”. Y a pesar de que los efectos de la pandemia de Covid-19 han reducido momentáneamente los niveles de contaminación a nivel mundial - y nos sorprendieron las historias de animales salvajes circulando en las ciudades - una rápida recuperación económica e industrial de muchos sectores puede tener, de inmediato, efectos aún más dañinos en el aire que respiramos. Vale la pena recordar que uno de los elementos más utilizados para combatir la progresión del Covid-19, la máscara protectora, ha sido parte de la vida cotidiana en muchos países durante décadas, especialmente en Asia.

La contaminación atmosférica puede tener causas naturales, como volcanes, incendios forestales o incluso terremotos, que liberan partículas contaminantes, pero son las personas las que más afectan a la Calidad del Aire, principalmente a través del transporte y las actividades agrícolas o industriales, según la Agencia Europea de Medio Ambiente. Por otro lado, la lluvia y el viento prolongan los efectos de la contaminación, debido a una mayor dispersión de partículas, y la luz solar puede acentuar sus efectos.

calidad del aire
calidad del aire

Ya sea crónica, con pequeños efectos a lo largo del tiempo, o aguda, debido a concentraciones muy altas y rápidas de contaminantes en un lugar específico, la pérdida de la Calidad del Aire es extremadamente dañina para el equilibrio de la naturaleza. Y el transporte convencional, impulsado por combustibles fósiles, es una de las principales causas de contaminación, especialmente en áreas densamente pobladas.

Un euro perdido por cada dos personas

Según la OMS, los efectos de la contaminación atmosférica en la salud obligan a un gasto público mundial superior a los 4.330 millones de euros al año, el equivalente a más de un euro por cada dos habitantes del planeta o un tercio del PIB de la Unión Europea. La ONU también destaca que los 15 países con mayores emisiones de gases de efecto invernadero gastan el 4 % de su PIB para combatir los impactos de la contaminación atmosférica.

En Portugal y en la Unión Europea, aunque la mayor parte del continente tiene una calidad de aire buena o moderada, hay varios focos de contaminación, particularmente en el norte de Italia y el este de Europa. Las diez ciudades europeas con mejor Calidad de Aire, según la Agencia Europea de Medio Ambiente, están ubicadas casi todas en países del norte del continente. Las excepciones son Funchal, en tercera posición, detrás de Umea en Suecia y Tampere en Finlandia, y Salamanca, que se encuentra en octavo lugar. En el otro extremo, la lista de 323 áreas urbanas cuyos niveles de contaminación se miden regularmente se cierra con cinco ciudades polacas, cuatro ciudades italianas y una ciudad croata. Nowy Sacz, en el sur de Polonia, es la peor.

Cuatro décadas de combate internacional

Fue en 1979, en Ginebra, donde 32 países firmaron la Convención sobre Contaminación Atmosférica Transfronteriza a Gran Distancia (Convention on Long-Range Transboundary Air Pollution, CLRTAP), siendo el principal tratado internacional que promueve la Calidad del Aire y regula la contaminación. Promovida por la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa (CEPE), la convención entró en vigor en 1983 y, cuatro décadas después, ha sido ratificada por 51 países. La razón inicial de este tratado fue la confirmación de que las partículas contaminantes pueden afectar a regiones y países alejados de donde fueron liberadas o causadas.

La CLRTAP viene regulando los contaminantes liberados a la atmósfera y afirma que las reducciones de emisiones logradas de esta manera se han reducido entre un 40 % y un 80 % en algunos tipos, lo que permite evitar 600 mil muertes al año. En 2019, aniversario de la primera convención, se firmó una declaración que reafirma el compromiso de “mejorar la Calidad del Aire, con el propósito de promover un mejor medio ambiente y reducir los impactos negativos en la salud humana”. Los objetivos hasta 2030 pasan por:

  • Maximizar el impacto de la Convención del Aire;
  • Garantizar recursos para el seguimiento y la planificación;
  • Mantener el enfoque en los contaminantes mejor controlados a nivel regional;
  • Apoyar actividades científicas que ayuden a definir prioridades y decisiones;
  • Mejorar la cooperación entre diferentes gobiernos e instituciones;
  • Promover un enfoque ambiental, centrado en la contaminación del aire, en la formulación de políticas.

En la Unión Europea, que representa a la mayoría de los países de la Convención del Aire, la contaminación del aire también ha sido un foco de preocupación cada vez mayor. A un primer paquete de medidas denominado 'Aire Puro', puesto en práctica desde 2013, siguieron revisiones de la regulación y análisis de los impactos de las medidas. Más recientemente, en relación con el Pacto Verde Europeo, la UE anunció que podrá revisar, en 2022, las directivas sobre Calidad del Aire. La idea básica es que “el aire limpio es esencial para la salud y el medio ambiente”, mientras que el efecto positivo de las medidas reguladoras en la economía comunitaria supera con creces los costes de implementarlas.

chaminés
chaminés

La transición energética es el camino a seguir

Al igual que con otros temas abordados por los ODS de la ONU, la transición energética es una de las formas de combatir eficazmente la contaminación y mejorar la Calidad del Aire, especialmente en las ciudades. Este objetivo debe ser alcanzado por los gobiernos y las empresas, pero también por los ciudadanos, al definir las decisiones que toman en casa y en su vida.

Si el transporte es uno de los mayores contaminantes, la movilidad sostenible es el camino a seguir para mejorar la Calidad del Aire que respiramos. Ya sea el cambio de un coche diésel o de gasolina por un vehículo eléctrico, o el uso del transporte público, coches compartidos y bicicletas, sin olvidar las rutas peatonales, reducir la contaminación beneficia tanto a nuestra salud como a la de quienes se cruzan con nosotros.

EDP apuesta por la neutralidad de carbono en todos sus aspectos, habiendo sido en 2018 uno de los fundadores de la Alianza para la Descarbonización del Transporte, organización internacional que trabaja con el objetivo de llevar este sector a 'cero emisiones' en 2050.

Desarrollar una agricultura cada vez más libre de contaminantes, invertir en una industria eficiente y reforzar el peso y la diversidad de los bosques y áreas verdes en las ciudades, son otros pasos para mejorar la Calidad del Aire. Garantizar un aire libre de contaminación, que permita a las personas evitar problemas de salud y mejorar el equilibrio de los ecosistemas, debe ser un esfuerzo común. Para que la sensación de 'respirar aire puro' no se limite a las áreas protegidas y parques naturales, sino también al centro de las grandes ciudades.

Es Agora o Nunca