La cuarta fase de la privatización de EDP, se llevó a cabo durante el mes de octubre del año 2000, siendo vendida por el Estado Portugués una posición equivalente al 20,0 % del capital de la empresa, equivalente a 600 millones de acciones (valor posterior al stock-split).
Después de la sesión bursátil especial que se llevó a cabo el 23 de octubre de 2000, el Estado Portugués disminuyó su participación en la empresa del 50,8 %, que tenía anteriormente, al 31,3 % (directa e indirectamente). Se atribuyó un premio de lealtad de 1 acción por cada 10 acciones suscritas y retenidas por más de un año a pequeños accionistas suscriptores, emigrantes y trabajadores de EDP.