Central de EDP en Carregado utiliza innovador sistema con robot para demoler las tres chimeneas
El desmantelamiento de la central termoeléctrica de EDP (inactiva) entra en la fase final y utiliza un innovador sistema para demoler tres estructuras de 100 metros de altura. El proceso tardará unos dos meses.
Las tres icónicas chimeneas de la antigua central termoeléctrica de EDP en Carregado entrarán en la última fase de demolición y desaparecerán del paisaje que han marcado durante los últimos 50 años. Es un paso más en el desmantelamiento de la central que producía energía a partir de fuel y un refuerzo de la estrategia de descarbonización del grupo.
Durante los próximos dos meses, estas estructuras de hormigón de 100 metros de altura se desmontarán mediante un sistema que incluye un robot controlado a distancia. Este trabajo de demolición utilizará una tijera multiuso que, agarrada a un brazo hidráulico de largo alcance, partirá y derribará, una a una, las tres chimeneas. Esta operación sigue a una primera fase en la que el robot, que está suspendido en una grúa a unos 110 metros de altura, ya ha retirado los materiales del interior de las chimeneas durante los últimos tres meses y medio.
El innovador proceso de demolición de las chimeneas sustituyó a los métodos tradicionales que utilizan explosivos (como sucedió recientemente en el derrumbe de las dos chimeneas de la central de EDP en Setúbal) o intervenciones mecánicas. En ambas fases, tanto en el interior como en el exterior, el trabajo se hace a distancia mediante una cámara colocada en la parte superior de la grúa, la cual permite monitorizar todos los movimientos del robot. Este nuevo método mejora así la seguridad de los trabajadores involucrados y las estructuras vecinas y reduce el impacto medioambiental.
Desactivada desde el año 2010 y después de 42 años en funcionamiento, esta antigua central de producción de energía a partir de fuel está en la fase final de desmantelamiento. El proceso prevé que, una vez finalizada la demolición de las tres chimeneas, se inicie el derrumbe de los demás edificios y la regularización del terreno, seguido de una evaluación del estado del suelo. Los materiales que resulten de estos trabajos de desmantelamiento de la central, desde metales hasta plásticos, entre otros, serán reciclados como destino, de manera similar a lo que se ha hecho en operaciones anteriores.
Con seis unidades de fuel de 125 MW cada una, que funcionaban las 24 horas al día, la Central de Carregado fue una innovación en su época y contribuyó fuertemente a la creación de empleo y al desarrollo económico de la región. En el año 1997, se dio paso a una alternativa más sostenible y fue la primera central portuguesa en hacer la transición al gas natural al convertir dos grupos para quemar este combustible.
El fin de la Central de Carregado se produjo en un contexto en el que la producción de electricidad comenzaba a depender cada vez más de fuentes de energía renovables y se buscaban alternativas más sostenibles. EDP mantiene así su ambición de liderar la transición energética con creación de valor, un plan de inversión centrado en las energías renovables y el fortalecimiento de las redes eléctricas. Además, está firmemente comprometida con sus objetivos de sostenibilidad: abandonar la producción a carbón para el año 2025, reducir las emisiones específicas de CO2 en un 98 % y ser totalmente verde para el año 2030.
Central de Carregado en números
• En el año 1964, se inicia la construcción de la central
• En el año 1968, entran en funcionamiento los primeros grupos
• En el año 1997, se hace la conversión de dos grupos de fuel a gas natural
• En el año 2010, llega el fin de la vida útil de la central y se desactiva
• 6 grupos generadores de 125 MW cada uno
• Cada grupo quemaba 28,5 toneladas por hora de fuel
• 3 chimeneas de 100 metros de altura