El voluntariado es para muchos una forma de cumplir la vocación humana: ser social.
Como seres sociales, las conexiones humanas son un factor esencial para el bienestar. Hay momentos de sufrimiento en los que la soledad está presente -ya sea por un cierto distanciamiento de los demás o porque estamos encerrados en nuestra propia burbuja. Y es especialmente en este contexto que los actos de compasión, como el voluntariado, adquieren una dimensión aún mayor, dando a muchas personas, un sentido y un propósito a su vida cotidiana o incluso un sentido de misión y de vida, creando una conexión real con los demás y con el mundo que nos rodea.
Todo acto en el que compartimos lo que tenemos en beneficio de otra persona, ya sea directa o indirectamente, nos aportará un bienestar inmediato porque nos lleva a lo más fundamental de lo que somos: estar en relación con alguien. Es en esta relación y en el trabajo de compasión hacia el otro donde puede surgir una verdadera sensación de felicidad, que efectivamente sólo es verdadera cuando se comparte.
Al participar en una acción de voluntariado, podemos tener la tarea más sencilla, pero si podemos tener la noción de que esa tarea tendrá un impacto positivo en la vida de alguien, o en nuestra vida como sociedad, puede ser suficiente para una satisfacción interna y un auténtico bienestar.
Vale la pena recordar una metáfora de Matthieu Ricard, monje budista: si una persona deja caer una piedra en un vaso de agua, hace un gran chapoteo. Si se deja caer en un charco, el chapoteo es menor. En un lago, será aún más pequeño. Si se trata de un océano, el chapoteo es mínimo. Lo cierto es que si nos abrimos a las experiencias de los demás, obtenemos una nueva perspectiva de nuestra vida y de lo que es realmente importante. Es una práctica de expansión.
Las experiencias individuales no son comparables. Abrirse a la experiencia del otro no invalida la nuestra. Pero nos ayuda a ser más objetivos sobre una experiencia, un problema.
A través del voluntariado también podemos desarrollar habilidades, no sólo profesionales sino también personales, como mejorar nuestro autoconocimiento, la forma de adaptarnos a los cambios, cómo superamos los obstáculos y desarrollamos nuestra resiliencia. Estos ingredientes pueden aportar una sensación de paz y pueden trabajarse en la relación con los demás, en actos de entrega a quienes necesitan nuestra presencia, nuestra ayuda.
Con este espíritu de compartir con los demás y promover la salud mental, EDP mantiene, desde 2011, un programa de voluntariado para sus empleados, que trabaja en cinco grandes áreas: inclusión social, empoderamiento, inclusión energética, biodiversidad y acción climática. A través de este programa, los empleados pueden destinar horas de trabajo a la realización de diversas iniciativas promovidas directamente por EDP u otras con las que se identifiquen ("A Minha Causa"). Lea los testimonios de empleados de EDP que han creado un nuevo sentido a la vida, a través de actos de compasión.
Alanna - Analista de comunicación, EDP Brasil
"Durante mi infancia, mis padres me llevaron a acciones de voluntariado en residencias de ancianos y albergues infantiles, por lo que desde niña me ha encantado ayudar a los demás. Cuando me incorporé a la empresa, la primera invitación fue suficiente para que me involucrara. Soy voluntaria desde hace más de 10 años y en EDP desde 2016. Trabajo como voluntaria en varios frentes: recogiendo y donando alimentos, ropa y calzado, visitando comunidades e instituciones con personas en situación de vulnerabilidad. El voluntariado me ayuda a crecer y mejorar como persona y como ser humano. Me siento tan agradecida de poder ayudar a la gente que eso me llena de una sensación de felicidad, de ser útil, que contribuye mucho a mi bienestar. Cuando salgo del voluntariado, me siento realizada y llena de energía para hacer más cosas buenas. El día se vuelve más feliz, la vida parece tener más sentido."
Renato Rosa - Director de proyectos, EDPR (Milán)
"Una de mis iniciativas de voluntariado favoritas es participar en el Maratón de Relevos de Milán con compañeros de EDP Italia. El maratón de relevos es el corazón del Milano Marathon Charity Program, un proyecto de recaudación de fondos que permite a los participantes correr por una organización sin ánimo de lucro de su elección. Llevo 5 años impulsando esta iniciativa en EDP Italia, porque creo que ayuda a las personas, porque es divertido y bueno para nuestro cuerpo y mente. Lamentablemente, en los últimos años, el número de personas que necesita una mano amiga no ha hecho más que aumentar. Considero que nuestra sociedad necesita el voluntariado por diferentes motivos, no solo porque ayuda a los demás, sino porque, por ejemplo, mejora las relaciones, las habilidades sociales y la red de contactos y, en general, aumenta nuestro nivel de satisfacción. Considero el voluntariado como un momento de relajación y, sin duda, contribuye a mi bienestar. Es aún mejor cuando puedo hacer actividades de voluntariado con algunos amigos o compañeros, ya que aumenta la empatía entre las personas. Después de una actividad de voluntariado me siento orgulloso de mí mismo, feliz y lleno de energía."
Bienestar y beneficios
Las personas son el centro de lo que hacemos
Octubre es el mes de la salud mental, pero en EDP nos centramos en este tema continuamente. Promovemos iniciativas para la felicidad y el crecimiento de todos y escuchamos la voz de nuestras personas, para garantizar una experiencia positiva y asegurar el bienestar individual.