En la décima campaña navideña de voluntarios de EDP, nuestros voluntarios calientan el alma y nutren el espíritu de quienes más lo necesitan. Sin fronteras y por todas las causas, así son los voluntarios de EDP.
Estamos en la casa de Rui Cabral. Ya huele a Navidad, así nos cuenta la decoración que ilumina un rincón del salón y la confusión instalada en la mesa de la cocina. Es allí donde Rui prepara la última cesta navideña para entregar a las familias necesitadas, mientras su hija de siete años, Diana, diseña una postal personalizada, llena de motivos navideños, para incluirla en la misma cesta. Hay bacalao, "el amigo fiel que es obligatorio", hay galletas saladas, mermeladas, harina, arroz y "un chocolate para calentar el alma". Y es precisamente de esta calidez humana de la que habla el colaborador y voluntario de EDP, mientras cierra la cesta con una cinta cuidadosamente elegida para la ocasión, cuando dice que sabe que no cambiará ninguna vida, pero que tiene “esperanza que la familia que recibe una de estas cestas pueda al menos tener una noche de Navidad un poco más cálida”.
Rui fue incitado por un compañero a desafiar a su equipo a participar en esta acción voluntaria de la empresa. Creó un grupo de WhatsApp, donde propuso la colaboración de todos y, en un instante, hizo que todo el equipo se apuntara a esta iniciativa.
Rui Cabral es uno de los muchos voluntarios que participan en esta Campaña de Navidad de Voluntarios de EDP. En tiempos de pandemia, con tantas incertidumbres y tanta distancia social, esta campaña navideña, como todo el voluntariado de EDP en 2020, busca dar respuesta a la emergencia social en el país, agravada por los efectos secundarios que provocó el Covid-19, como desempleo, despidos y problemas económicos en general. Combatir la pobreza y el aislamiento social - los dos ejes de intervención de la campaña de voluntariado navideño EDP 2020 - son los objetivos que recorren, el uno al lado del otro, empleados activos y jubilados, amigos, clientes y socios de EDP, en una carrera por hacer el bien que ya moviliza a 5 000 participantes a nivel mundial y para todas las iniciativas voluntarias en general, inscritos en la plataforma de voluntariado de la empresa.
Voluntarios sin fronteras y por todas las causas
Este año, los socios de la campaña navideña son las instituciones solidarias ENTRAJUDA y CASA (Centro de Apoio ao Sem-Abrigo, o sea Centro de Apoyo al Sin techo), en la que por cada cesta navideña donada a cualquiera de estas instituciones, EDP dobla el donativo y de esa manera prevé llegar a muchas familias en situación de fragilidad. Además de los alimentos, EDP también desafió a sus empleados a donar sacos de dormir a CASA para que lleguen a las personas que tienen su hogar en la calle. Sin embargo el voluntariado EDP no solo se hace en Navidad y en nuestro país. Presente en todo el mundo, pero con una fuerte presencia en Portugal, España y en toda Europa, y también en Brasil o Estados Unidos de América, el voluntariado EDP ya alcanza alrededor de 40 mil participaciones voluntarias, para más de un millón de personas impactadas por este programa desde 2011, año en el que EDP oficializó su compromiso de ayudar a los demás, que además estuvo siempre en su ADN. “El programa de voluntariado EDP es un programa que abarca todas las áreas geográficas y, por tanto, está presente tanto en Brasil como en EUA, también en España y en toda Europa, así como la campaña de Navidad. En todas estas áreas geográficas, esta campaña navideña se construye cada año y siempre con el lema de humanizar la Navidad para quienes más la necesitan”, reafirma Francisca Nunes, miembro del equipo de voluntarios de EDP.
Solo por elegir algunas iniciativas, en España y Brasil, la campaña de Navidad se desarrolla con la entrega de regalos a niños internados o familias necesitadas y con la participación de EDP en ventas solidarias. Durante el año, en los diferentes países donde EDP está presente, los empleados pueden activar 4 horas en horario laboral para involucrarse en los diferentes proyectos que impulsa la compañía, con foco en las áreas de inclusión social, energía, protección de la biodiversidad y formación, pero también proponer sus causas.
Así es también en Portugal. En caso de una emergencia, los voluntarios utilizan su energía inagotable para responder de la mejor manera a todas las crisis. Así fue en los fatídicos incendios de Pedrogão Grande, fue así en 2019 para responder a la catástrofe que asoló Mozambique y así ha sido desde que se libra la lucha contra la pandemia - desde la tutoría a los estudiantes a distancia, hasta el apoyo económico para conseguir ordenadores a quienes los necesitaban más en los primeros días de la crisis pandémica, cuando todos nos vimos obligados a hacer de nuestro hogar nuestra oficina o la escuela de los niños. “Ante una emergencia social, que es la que estamos viviendo en Portugal y en todo el mundo, el sentimiento es de urgencia. En este caso, la urgencia es aún mayor. Por primera vez estamos atendiendo a familias que piden ayuda que nunca pidieron, a un aumento del desempleo, a personas que con la pandemia vieron interrumpida su vida, impactados sus proyectos profesionales y su vida familiar. Nosotros, EDP, no podíamos quedarnos indiferentes, no queríamos quedarnos indiferentes”, dice Rita Monteiro, directora de Voluntariado de EDP.
Para una Navidad más acogedora
Hicimos una cita con Rita Monteiro y Francisca Nunes, del Programa de Voluntariado EDP, en ENTRAJUDA, en Alcântara, Lisboa. Fundada por Isabel Jonet hace 16 años, esta asociación de solidaridad social recibe una variedad de bienes, desde alimentos, ropa, hasta artículos de informática e incluso muebles. El mapa que sirvió de telón de fondo para nuestra conversación muestra que ENTRAJUDA tiene delegaciones repartidas por todo el país, islas incluidas, y refleja la fuerza de la solidaridad nacional. Las múltiples cajas apiladas en un espacio muy amplio, hablan por sí mismas y están listas para llegar a quienes más lo necesitan. “Cuando empresas como EDP se comprometen e invierten esfuerzos en el voluntariado, para mí es algo muy gratificante, porque son empresas que tienen una cultura de hacerlo bien y hacerlo diferente”, dice Isabel Jonet de esta colaboración con EDP.
Francisca Nunes explica que esta colaboración con ENTRAJUDA no es reciente y que han colaborado con esta misma asociación en varios frentes. “La colaboración con CASA comenzó este año, ya que con esta emergencia social identificamos nuevas áreas de acción necesaria y urgente. Una de ellas fue la lucha contra el aislamiento y el apoyo a los más frágiles, entre los que hay las personas sin hogar, que en estos momentos representa un número creciente”, dice Francisca Nunes.
De eso habla Nuno Jardim, director general de CASA, cuando dice que, con la pandemia, era necesario reinventar la asociación que dirige, que cuenta con unos 1.400 voluntarios repartidos por todo el país. "Además de trabajar en conjunto con otras instituciones de solidaridad social, también hubo mucho apoyo de entidades y empresas".
¿Qué los empuja?
Rita Monteiro responde: “es el deseo de estar cerca de las comunidades y es creer que nuestra gente, con lo que es, con lo que sabe, con sus habilidades, puede distinguirse y transformar las realidades a su alrededor”.
Margarida Boavida, otra voluntaria de EDP, todavía está descubriendo lo que significa ser voluntaria. Esta Campaña de Navidad es solo la segunda iniciativa en la que participa, pero se siente mucho más despierta para ayudar a los necesitados. “Ser voluntario es más que dar, comprar y regalar. Es un estilo de vida que se va adoptando paulatinamente y en el que cada persona tiene su propio tiempo y ritmo. Y EDP tiene aquí un papel fundamental, porque actúa como mecha, detonante, recordatorio que se nos envía y es un trabajo super importante”.
Desde Oporto, otro voluntario de EDP, Cláudio Vieira Alves habla del sentimiento de consuelo que recibe cuando participa en estas acciones.
Al igual que su colega Rui Cabral, Cláudio también participa habitualmente en el programa de voluntariado Junior Achievement de EDP, donde forma a niños y jóvenes, en el ámbito de la formación de jóvenes para la vida activa, la ciudadanía y el espíritu empresarial, otra apuesta de EDP. Y al igual que Margarida, también cree que el voluntariado es mucho más que dar. “No creo en Papá Noel, pero creo en la bondad de la gente y creo que estas personas, de hecho, sentirán una Navidad más cálida cuando reciban una cesta, que no es una lista de compras, sino una cesta que tiene un mensaje de Navidad, que tiene efectivamente cariño y amor puesto ahí por nosotros”. Para usted, este es un "balde de esperanza" para muchas familias. Para Rui, “EDP brinda orgullo y motivación adicional a los trabajadores. La empresa da, pero también recibe mucho”.
Y para Isabel Jonet, “el voluntariado es bueno para cada uno de nosotros, que podemos tener participación voluntaria. Nos obliga a dejarnos a nosotros mismos y prestar aún más atención al mundo que nos rodea”.