Inteligencia artificial, virus, tormentas, extraterrestres... todas estas razones ya se han utilizado para retratar el fin del mundo en el cine. No todas las películas fueron obras de arte, pero el entorno apocalíptico siempre logra cumplir con su función de entretenimiento en la gran pantalla.
En la vida real, el ser humano ha sido uno de los principales causantes de la degradación del medio ambiente. Ya no es posible darle la espalda al tema del cambio climático. Fuera del cine, las cámaras nos han mostrado osos polares esqueléticos, paisajes frágiles y degradados, personas sin hogar debido a fenómenos meteorológicos extremos, grandes incendios forestales, entre otros.
De un pasado gris a un futuro verde
Las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera son las principales causas del calentamiento global y el consiguiente cambio climático. El problema es que, sin dióxido de carbono en el aire, el planeta sería frío y árido. Sin embargo, el exceso de CO2 genera el efecto invernadero, que a su vez evita que se libere el calor irradiado. Por eso se habla del calentamiento global.
Este aumento en la temperatura del planeta comenzó a surgir rápidamente al comienzo de la Revolución Industrial, en el siglo XIX, con el uso de combustibles fósiles.
Es cierto que fue una época de la historia que generó gran riqueza y trajo innumerables posibilidades con las que los seres humanos nunca habían soñado. El uso de carbón, petróleo y gas natural proporcionó la energía necesaria para aumentar la producción de bienes y servicios para la población mundial. A la humanidad le gustó lo que vio y se volvió "adicta".
Junto con esta evolución vino la gran consecuencia del aumento en la concentración de CO2 en la atmósfera. Como se analiza en el gráfico, las emisiones anuales pasaron de alrededor de 250 millones de toneladas en 1880 a alrededor de 10 billones en 2015, lo que resultó en un aumento del efecto invernadero y el consiguiente aumento de la temperatura.
Cuando llegamos al siglo XXI, el problema siguió empeorando. La comunidad científica
indica que puede que ya sea demasiado tarde para evitar que el aumento de la temperatura global sobrepase los niveles preindustriales en 1.5 ºC.
“Es necesario darse cuenta, como contexto científico internacional, de que ya tenemos una temperatura media global de 1.1 ºC por encima de la temperatura media antes de la era industrial. Por más que ahora hagamos todo lo que esté a nuestro alcance, la probabilidad de alcanzar solo 1.5 ºC ya es mínima”, dice Sara Goulartt, directora adjunta de Clima y Medio Ambiente de EDP.
El clima necesita su tiempo para reequilibrarse, por eso resulta urgente reducir nuestro impacto ambiental en el planeta. Afortunadamente, ya disponemos de tecnología para tales efectos y el sector eléctrico está reconocido como la base de la transformación.
La descarbonización de los centros de producción de energía eléctrica es esencial y esto es posible con una apuesta fuerte por las energías renovables. Las tecnologías solares y eólicas son cada vez más competitivas. La reducción de sus costes de inversión es una gran oportunidad para la eliminación continua de combustibles fósiles. Para contrarrestar su uso, se deben establecer objetivos ambiciosos de producción de energía verde.
Durante los últimos 12 años, EDP se ha anticipado a las tendencias del sector y ha alineado el modelo comercial con la transición energética para combatir la crisis climática. Las tecnologías existen y el grupo ha estado buscando soluciones urgentes para la descarbonización en la producción de electricidad, apostando por las energías verdes. Un ejemplo de ello es la inversión en elproyecto WindFloat, una tecnología que permite la exploración del potencial eólico en el mar, a profundidades superiores a 40 metros. "Esta apuesta de EDP es muy innovadora y tiene un gran potencial porque nos permite utilizar el viento en lugares donde hasta hace poco no era tecnológicamente posible", dice Sara Goulartt.
“La transición energética no es una moda pasajera. EDP ha estado trabajando durante mucho tiempo para impulsar un nuevo modelo de energía sostenible, segura, limpia y barata”.
Maria Yolanda Fernández Montes, directora de Medio Ambiente, Sostenibilidad, Innovación y Calidad de EDP España.
Para que la descarbonización sea posible, todos debemos estar en el mismo barco. En este sentido, estamos presenciando un frente unido de los países para mantener el Acuerdo de París,conscientes de que debe implementarse con acciones a nivel mundial, pero también a nivel local y en el sector privado. Para ayudar en este proceso, EDP creó el programa Save to Compete. Es un sistema de apoyo a las empresas basado en la eficiencia energética: analiza estratégicamente el consumo de energía, identifica los posibles ahorros y luego comparte los beneficios con el cliente de este servicio.
Transición energética para todos
El cambio climático afecta a todas las regiones, en cualquier parte del mundo. Los casquetes polares se están derritiendo y el nivel del mar continúa subiendo. Los eventos extremos son una realidad.
En 2020, según el Índice Global Climate Risk Index 2020,
Portugal es el 19º país más afectado por los fenómenos meteorológicos extremos producidos entre 1999 y 2018. A nivel mundial, hubo 12 000 eventos climáticos extremos, 495 mil muertes y pérdidas por valor de 3.19 mil billones de euros. Puerto Rico, Myanmar, Haití, Filipinas y Pakistán son los países que más han sufrido en los últimos 20 años.
Ningún país puede permanecer inmune a las consecuencias del cambio climático, pero los países menos desarrollados necesitan contar con un buen apoyo financiero para responder a las necesidades que surgen con estos eventos.
“Poco se puede hacer ya para evitar un aumento del número de eventos extremos. Ahora tenemos que acelerar para que afecten lo menos posible”.
Sara Goulartt, directora adjunta de Clima y Medio Ambiente de EDP.
Existe una necesidad urgente de un compromiso con la sostenibilidad y la necesidad de combatir la pobreza y la exclusión eléctrica, que aún afecta a más de 840 millones de personas. Esta es una oportunidad para introducir energías renovables y reducir la dependencia global de los combustibles fósiles. Por esta razón, EDP ha apoyado numerosos proyectos de energía limpia y soluciones de sostenibilidad para beneficiar a más de 200 mil personas en los países menos desarrollados. El Fondo A2E (Access to Energy) cubre Nigeria, Kenia, Malawi, Mozambique y Tanzania.
"Garantizar el acceso a la energía en las comunidades más remotas y necesitadas, permitiendo la creación de ecosistemas sostenibles es, por lo tanto, una condición necesaria para romper el ciclo de pobreza y contribuir en el desarrollo social y económico de estas regiones", recuerda el presidente ejecutivo de EDP, António Mexia.
No hay planeta B, pero hay planes B
Según las Naciones Unidas, el 68 % de la población mundial será urbana en 2050. Ahora imagine, en el futuro, una ciudad cosmopolita con aún más gente, más coches, más transporte, más bicicletas. Durante varios años, el cine ha "preguntado" cómo serán nuestras ciudades en el futuro y, a veces, los escenarios no son muy optimistas. Grandes rascacielos, carreteras elevadas, espacios caóticos y desorganizados. Depende de nosotros adaptar un escenario diferente a la realidad y desarrollar ciudades inteligentes y sostenibles para las generaciones futuras.
Para María Yolanda Fernández Montes "podemos imaginar estas ciudades con el uso de energía renovable, un aumento de las áreas verdes urbanas, el uso inteligente de los recursos naturales y la movilidad sostenible".
La descarbonización del transporte también es una de las principales preocupaciones de la comunidad científica, ya que actualmente representa alrededor del 24 % de las emisiones globales de CO2. Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, el transporte consume un tercio de toda la energía en la UE. A diferencia de otros sectores, como la producción de energia eléctrica que está en camino de reducir las emisiones, el transporte continúa aumentándolas. “Los automóviles, furgonetas, camiones y autobuses producen más del 70 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero del transporte. El resto proviene principalmente del transporte marítimo y la aviación".
Por eso resulta necesaria una buena apuesta en el plano de movilidad elétrica. La estrategia presentada por EDP ha realizado una importante inversión en estaciones de carga públicas en Portugal, España y Brasil.
En el país hermano, EDP implementó un nuevo corredor de 430 km en la carretera Presidente Dutra, que conecta Río de Janeiro con São Paulo, con seis nuevas estaciones de carga rápida para vehículos eléctricos. El proyecto, desarrollado en asociación con BMW Group Brasil, tuvo una inversión total de alrededor de 217 millones de euros. El corredor Río de Janeiro-São Paulo permite realizar un viaje completo en vehículo eléctrico entre las dos capitales más pobladas del país.
“Queremos expandir, en los próximos años, las estaciones de carga ultrarrápidas para automóviles eléctricos en todas las carreteras principales del estado de São Paulo".
Dominic Schaml, director ejecutivo de Sostenibilidad de EDP Brasil.
La Agencia Internacional de la Energía estima que habrá 130 millones de vehículos eléctricos en el mundo en 2030, un número que ayudará a responder al objetivo establecido en París en la Conferencia de las Partes (COP 21) en diciembre 2015: mantener el aumento de la temperatura media global por debajo de 2 ºC.
Juntos por un mundo mejor
Es necesario reescribir el guión sobre el futuro del planeta. Durante mucho tiempo, la ciencia ficción nos ha mostrado lo que podemos esperar de un escenario apocalíptico, pero la verdad es que nadie está preparado para las consecuencias en la vida real. Estamos en una carrera a contrarreloj y todos debemos ser conscientes de nuestro papel en este esfuerzo global.
El papel individual de los ciudadanos puede parecer más secundario, pero es igual de importante. Para contribuir a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, podemos comenzar con pequeños pasos como: ahorrar luz en el hogar, aislar ventanas o instalar doble acristalamiento, optar por paneles solares, así como caminar, ir en bicicleta o usar transporte público, dejando el coche en un segundo plano.
EDP también tiene objetivos ambiciosos, pero no son imposibles de alcanzar. La compañía se ha distinguido en los últimos años por su compromiso y en 2019 fue líder mundial en la lucha contra el cambio climático. Además, su estrategia de reducción de CO2 para 2030 también fue reconocida por laScience Based Target initiative, lo que demuestra que el compromiso de la compañía, en lo que está a su alcance, permitirá alcanzar los objetivos de París.
António Martins da Costa, gerente de EDP, aclara que "en un mundo en profunda transformación, en 2020 el grupo habrá superado el 78 % de la potencia instalada renovable y en 2030 habrá reducido las emisiones específicas de CO2 en un 90 % en comparación con 2015".
Para esta operacionalización, EDP asumió un conjunto de objetivos para 2030. Por un lado, continuará invirtiendo en tecnologías de producción renovables, dando prioridad a la energía eólica y solar.
Por otro lado, fomentará el consumo y la producción de electricidad limpia, además de promover la eficiencia energética:
¿Cómo será el futuro?
Debe tenerse en cuenta que limitar el calentamiento global a 1.5 ºC requerirá una descarbonización rápida y profunda de la economía mundial. La transformación necesaria ofrece una gran oportunidad para la economía verde, pero también conlleva desafíos sociales y económicos para las comunidades. La Unión Europea ha puesto estas preocupaciones sobre la mesa, analizando los efectos negativos y positivos de las políticas de descarbonización.
"Hay una línea de trabajo, llamada Transición Justa, que esencialmente busca detectar quién resulta penalizado en el camino y qué tipo de mecanismos se pueden crear para apoyar socialmente esta transición", explica Sara Goulartt. De esta manera, la UE intenta garantizar una transición a las energías renovables que sea más justa y equitativa para las empresas y las poblaciones involucradas.
Es cierto que se ha pintado un futuro muy negro sobre los efectos del cambio climático y la comunidad científica ha compartido varios spoilers sobre los próximos capítulos. Aun así, estamos presenciando un aumento en la conciencia global sobre la salud del planeta y de la humanidad misma. Los períodos de cambio son preocupantes, pero no debemos esperar a que los créditos de la "película" nos muestren lo que nos depara el futuro.