“!Invertiría mi dinero en el sol y la energía solar. ¡Qué fuente de energía! Espero que no tengamos que esperar hasta que se agoten el petróleo y el carbón para darnos cuenta” Thomas Edison (1931)
La lectura de los medidores destacados en la web The World Count puede detenernos. Este medidor indica el número de terajulios (un terajulio equivale a un billón de julios) usados a nivel mundial, en tiempo real.
Este contador, del mismo modo que la Tierra gira, no se detiene. El consumo anual a nivel mundial es de aproximadamente 580 millones de terajulios, el equivalente a 13.865 millones de toneladas de petróleo. Difícilmente imaginable, ¿verdad?
Dicho de otra forma: el consumo anual de energía a nivel mundial es equivalente a la energía liberada por la bomba atómica de Hiroshima… ¡Cada cuatro segundos!
Alrededor del 85% de la energía que utilizamos proviene de los combustibles fósiles. El petróleo es la mayor fuente de energía, seguido del carbón y el gas natural. El aumento del consumo de la energía a nivel mundial está siendo alimentado, de largo, por el carbón y el gas. Estos emiten cantidades enormes de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera, empeorando el efecto invernadero y el consiguiente cambio climático. (Volvemos a sugerir que eches un vistazo a las mediciones, que indican, en tiempo real, cuántas toneladas de CO2 se emiten a la atmósfera).
En 2019, debido a la actividad humana, fueron liberadas a la atmósfera unas 43,1 billones de toneladas de CO2. Se alcanzó un récord histórico. Esas emisiones podrían haber formado un gigantesco “cubo de CO2” con una longitud de 30 kilómetros por cada lado.
Recursos de energía renovable. Los 5 magníficos
Casi el 83% de la energía que consumimos proviene de recursos no renovables, como el petróleo, el carbón y el gas natural, imposibles de recargar. Las fuentes de energía renovable son recursos naturales, capaces de regenerarse en muy poco tiempo y de una forma sostenible.
Dichas fuentes, consideradas limpias y respetuosas con el medio ambiente, también representan un sector próspero que está creando puestos de trabajo, que facilita el acceso a la energía en los países en vías de desarrollo y que está contribuyendo a la reducción de los costes energéticos. Todos estos factores han propiciado el auge de las energías renovables durante los últimos años, en los que la energía eólica y la solar han marcado nuevos récords de producción de electricidad.
La biomasa es una materia orgánica de origen vegetal o animal, que puede usarse en estado sólido, líquido o gaseoso. La biomasa sólida tiene, como fuente principal, productos y desperdicios provenientes de la agricultura (incluidas sustancias vegetales y animales), residuos forestales y compuestos biodegradables de los desperdicios industriales y urbanos. La líquida se encuentra en una serie de biocombustibles líquidos susceptibles de ser utilizados, como el biodiesel, que se extrae del aceite de colza o de girasol: el etanol, que sale de la fermentación de hidratos de carbono (azúcar, almidón, celulosa) y el metanol. La biomasa gaseosa se obtiene de los desperdicios de las granjas, de los negocios agrícolas y del medio urbano, así como de los desechos sólidos urbanos y de los vertederos (Biomasa RSU).
La biomasa se utiliza directamente como combustible o mediante la producción de energía derivada de los procesos como la pirólisis, la gasificación, la combustión o la co-combustión. Entre las ventajas están los bajos costes de adquisición, que es poco contaminante, que no emite dióxido de carbono (de acuerdo con el ciclo natural de absorción de dióxido de carbono, es decir, carbono neutro) y que es menos corrosiva para los diferentes equipamientos (calderas de calefacción, hornos, etc).
El viento
Hoy en día, el viento, una de las fuentes más limpias del mundo, representa una de las principales fuentes de producción de electricidad. Por lo general, los parques eólicos se establecen en lugares donde la velocidad media anual del viento supera los 6 m/s, normalmente en zonas montañosas y frente a la costa. D
esde James Blyth (1839-1906), el primer ingeniero en energía eólica a nivel mundial, muchas cosas han cambiado. Las modernas turbinas eólicas, que pueden alcanzar hasta 90 metros de altura, son muy complejas. Cuentan con unas 8.000 piezas ensambladas.
La geotermia
La energía geotérmica sale del calor que desprende el núcleo terrestre. Los romanos fueron los primeros en utilizar esta fuente de calor, en los edificios que diseñaron; además de haber construido baños comunitarios en las termas, en Italia, país que vio nacer la primera central térmica, allá por el año 1904.
Esta clase de energía puede utilizarse en las centrales térmicas, mediante una turbina eólica cuyas aspas se mueven por el vapor de agua generado por el calor emanado del núcleo terrestre. Este movimiento de rotación se transmite al eje de los generadores, produciendo electricidad. En Portugal, en la región autónoma de Las Azores, las centrales de producción eléctrica están recurriendo a la energía geotérmica.
La energía geotérmica también se utiliza como fuente de calor para los invernaderos o bombas de calor, aguas termales o industrias, así como para refrigerar o calentar los edificios. En comparación con la energía solar y eólica, la energía geotérmica siempre está disponible, pero tiene una peculiaridad poco agradable: el fuerte olor a huevos podridos, tan característico del sulfuro de hidrógeno que desprende.
Energía hidráulica
Existen indicios de que hace 2.000 años, en Grecia ya usaban la potencia del agua para hacer girar los molinos de viento y moler el cereal. La energía hidroeléctrica, producida por el movimiento del agua, es una de las fuentes de energía más abundantes, limpias y baratas. Se utiliza en más de 60 países de todo el mundo, y es capaz de satisfacer la mitad de las necesidades energéticas del planeta.
China es la mayor productora de hidroelectricidad y tiene la central hidroeléctrica más grande de todo el mundo, situada en la presa de las Tres Gargantas. Casi el 71% de la energía renovable producida en La Tierra proviene de la energía hidráulica. En la isla Pico, en Las Azores, existe una central eléctrica de 400kW, la primera del mundo que aprovecha las olas del mar para producir electricidad de forma constante.
Solar
En menos de 80 minutos, el sol emana energía suficiente como para abastecer nuestro planeta durante un año. Esto quiere decir que, a lo largo del año, el sol podría alimentar La Tierra casi 7.000 veces, en los que se refiere a necesidades energéticas. Obviamente, todavía no tenemos capacidad para recoger toda esa energía, pero si pudiéramos, con el 2% sería más que de sobra.
En 1839, Alexandre Edmond Becquerel descubrió el fenómeno fotovoltaico, que no es otra cosa que la posibilidad de crear una corriente energética proveniente de los rayos solares. Russell Ohl inventó la primera celda para los paneles solares en 1941. Los laboratorios Bell sacaron al mercado el primer panel comercial en 1954. Gracias a este invento, que utiliza paneles solares fotovoltaicos y paneles térmicos, ha sido posible producir energía proveniente del sol.
¿Más energía democrática?
La producción de la energía renovable en los países en vías de desarrollo ha superado la producida por los combustibles fósiles. El aumento constante de las necesidades energéticas, la puesta en marcha de políticas energéticas innovadoras, las grandes inversiones y el bajo coste de la tecnología aseguraban en 2017, por primera vez, que los países en vías de desarrollo ocupan un lugar destacado en la producción de energías renovables.
Según el informe Renewables Global Status Report, de la red REN21, que recoge la evolución de las energías renovables en todo el mundo, los países en vías de desarrollo han liderado la mayoría de las inversiones efectuadas en las energías renovables en 2019, alcanzando el 54% del total, y superando los márgenes de los países desarrollados, por quinto año consecutivo. Brasil se ha superado hasta situarse como motor de crecimiento de las energías renovables de América Latina.
La fuerte caída en los costes de desarrollo de las tecnologías asociadas a la producción de energías renovables, a lo largo de los últimos años, ha permitido que los países en vías de desarrollo aumenten su capacidad de producción. En 2020, un informe elaborado por Bloomberg New Energy Finance (BNEF), concluía que los países en desarrollo habían producido más energía limpia que la capacidad de producción energética derivada de los combustibles fósiles, por segundo año consecutivo. Ese mismo año, Brasil se colocó en segunda posición en el ranking de los mayores productores de energía limpia a nivel mundial (con el 84,1%). Portugal ocupó la octava posición, con cerca del 60% de la energía procedente de fuentes renovables. Puedes ver los datos en el Anuario Estadístico de la Energía Global (Enerdata).
Mediante el Proyecto Malta (que ha sido convertida recientemente en la empresa Malta Inc), desarrollado por el Departamento X de la compañía Alphabet (propietaria de Google), se ha descubierto que la sal – más concretamente, la sal fundida— puede ser, probablemente, la solución para almacenar la energía renovable a gran escala. La idea subyacente es el almacenamiento de la energía en forma de calor, en sal fundida a alta temperatura, para posteriormente ser sometida al frío, sumergiéndola durante días, o semanas, en un líquido de baja densidad, hasta que sea necesaria su utilización. Los recursos necesarios para llevar a cabo este proyecto son materiales accesibles y baratos, como la sal, el acero, el anticongelante y el aire.