Las diferencias entre voluntariado transformador y voluntariado tradicional.
El voluntariado transformador surge como respuesta a los retos a los que nos enfrentamos en el siglo XXI, y tiene como objetivo intervenir en causas con las que los voluntarios están profundamente implicados, llevándoles a tratar de resolver problemas de forma sostenible y duradera.
Los seres humanos estamos programados para ayudar porque esto nos ha ayudado a sobrevivir como especie. Los proyectos de voluntariado se han ido adaptando en el siglo XXI para intentar dar respuesta a retos y necesidades sociales más amplias, como las derivadas del cambio climático, los avances tecnológicos, las migraciones, los cambios en el mundo laboral, las crisis humanitarias y las desigualdades. En este sentido, el voluntariado tradicional ha dado paso al voluntariado transformador.
¿Qué es el voluntariado transformador?
El voluntariado transformador se caracteriza por proyectos cuyo objetivo es contribuir a una causa social y que, en lugar de realizar actividades aisladas, pretenden impactar en las comunidades de forma positiva, sostenible y duradera.
Con el voluntariado transformador, todas las partes implicadas salen ganando. Porque los voluntarios se sienten transformados por las causas en las que se implican y son ellos mismos agentes transformadores.
Cada día, en todo el mundo, millones de personas se implican en temas que consideran relevantes, en comunidades, uniéndose a organizaciones, con el apoyo de las empresas donde trabajan o en solitario. La labor que realiza el voluntariado transformador es fundamental para dar pasos seguros hacia la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Según el informe de las Naciones Unidas "2022 State of the World's Volunteerism Report: Building Equal and Inclusive Societies", en 2020, un artículo publicado en el marco del Plan de Acción para la Integración del Voluntariado en la Agenda 2030 propuso un nuevo modelo de comprensión de las prácticas de voluntariado en el siglo XXI. Este nuevo modelo adopta una visión mucho más amplia respecto al voluntariado, definido según cinco componentes, donde cada uno representa una dimensión del voluntariado:
1. Estructura: el voluntariado puede llevarse a cabo de manera formal, a través de organizaciones, grupos comunitarios o plataformas; o informal, organizado directamente entre voluntarios.
2. Canal: online o físico, en los lugares donde se desarrollan las acciones.
3. Intensidad: puede ser puntual, con efectos a corto plazo, o regular y con efectos a largo plazo.
4. Resultados esperados: esta dimensión incluye el desarrollo y el apoyo a las comunidades, con contribuciones directas, con vistas a resultados sociales más amplios (por ejemplo, la consecución de los ODS). Uno de los resultados esperados es también el autodesarrollo de los propios voluntarios.
5. Categoría: servicio, ayuda mutua, participación, campaña u ocio.
¿Cuáles son las diferencias entre el voluntariado transformador y el voluntariado tradicional?
Chris Jarvis, uno de los principales expertos en voluntariado corporativo en Estados Unidos, señala las siguientes diferencias entre el voluntariado transformador y el voluntariado tradicional:
En el modelo tradicional de voluntariado, el objetivo es prestar un servicio gratuito, para responder a una crisis o resolver un problema. En el modelo transformador del voluntariado, el objetivo es, además, a través de la experiencia, desarrollar y fortalecer la empatía. El foco principal del voluntariado transformador es el cambio que se produce en los propios voluntarios.
En el modelo tradicional, el éxito de una acción se define por el número de tareas completadas (por ejemplo, número de cajas de alimentos empaquetadas). La experiencia no lleva a los voluntarios a cuestionar sus creencias y valores y no se produce ningún cambio en las perspectivas de los participantes. En las experiencias de voluntariado transformador, el foco se dirige hacia los cambios logrados y las personas impactadas. Este modelo lleva a los participantes a replantearse sus creencias y valores y su lugar en el mundo. Muchos acaban trasladando nuevas perspectivas a su trabajo, con un sentido de propósito reforzado y una actitud más empática con sus compañeros y clientes.
¿Qué tipos de voluntariado transformador existen?
Dependiendo del contexto, la causa y los objetivos, el voluntariado puede clasificarse en las siguientes tipologías:
1. Causas sociales: desarrollado para apoyar a las comunidades que se enfrentan a desigualdades y vulnerabilidades, como las personas sin techo, los refugiados y los niños en situación de riesgo, entre otros. La intervención pretende crear soluciones eficaces y sostenibles para resolver los problemas detectados.
2. Causas medioambientales: acciones para proteger el medio ambiente y mitigar el cambio climático, la contaminación y la protección de la biodiversidad.
3. Causas educativas: con vistas a promover acciones de educación y formación destinadas a jóvenes y adultos, a nivel de alfabetización y desarrollo de competencias profesionales.
4. Servicios sanitarios: abarcan acciones para, por ejemplo, facilitar el acceso a cuidados paliativos o realizar campañas de concienciación sobre cuestiones de salud pública.
5. Tecnologías de la información: acciones para fomentar la alfabetización digital y desarrollar competencias en el ámbito de las tecnologías.
Un estudio de la London School of Economics analizó la relación entre voluntariado y felicidad en un amplio grupo de adultos estadounidenses. Los investigadores descubrieron que cuanto más voluntariado realizaban las personas, más felices se sentían.
En comparación con las personas que nunca habían participado en proyectos de voluntariado, las probabilidades de ser "muy feliz" aumentaban un 7% entre quienes hacían voluntariado cada mes y un 12% entre quienes lo hacían entre dos y cuatro semanas.