Un estudio realizado por investigadores del Instituto Weizmann de Ciencias ha demostrado que en 2020 la masa de materiales fabricados por el hombre -desde edificios hasta botones-, la llamada masa antropogénica, ya habrá superado la biomasa total del planeta.
De media, según otro estudio publicado en la revista Nature, por cada persona del mundo se produce cada semana más masa antropogénica que su peso corporal. Pero en definitiva, ¿qué es la biomasa?
¿Qué es la biomasa?
La biomasa es materia orgánica biodegradable de origen biológico, vegetal o animal que puede convertirse en combustible verde o biogás. También puede ser material de desecho biodegradable procedente de residuos municipales, así como aguas residuales y lodos de plantas de tratamiento de aguas.
Ejemplos de biomasa utilizada para la producción de energía
- Residuos agrícolas: como paja de cereales, cáscara de arroz, residuos de cultivos y fibra de caña de azúcar;
- Residuos forestales: ramas, hojas y otros residuos de madera procedentes de actividades como el clareo de árboles y la industria maderera;
- Plantas cultivadas específicamente para la producción de biomasa, como la caña de azúcar, el maíz, el sorgo, la hierba elefante y el sauce energético;
- Residuos alimentarios, como peladuras de frutas y verduras, restos de comida y residuos resultantes del procesado de alimentos;
- Residuos de madera: astillas y residuos de la industria de la madera y la carpintería;
- Estiércol y residuos del ganado, como vacas, cerdos y aves de corral;
- Residuos sólidos urbanos, como restos de poda de árboles, residuos de jardinería, restos de comida y papel.
Bioenergía
La biomasa puede quemarse directamente para generar calor o electricidad, o convertirse en petróleo o gas para producir biocombustibles sólidos, líquidos y gaseosos, que pueden utilizarse en diversos sectores, incluido el transporte (uno de los más contaminantes del mundo).
La energía resultante de la conversión de la materia orgánica se denomina bioenergía, un recurso energético renovable que actualmente, según la Dirección General de Energía y Geología, representa aproximadamente el 11% del consumo mundial de energía primaria.
La biomasa sigue siendo especialmente importante en muchos países en desarrollo, sobre todo para cocinar y calentar. Sin embargo, el uso de biocombustibles en el transporte y para la generación de electricidad también está aumentando en muchos países desarrollados como consecuencia de las medidas para reducir las emisiones de CO2 derivadas del uso de combustibles fósiles.
Ventajas e inconvenientes del uso de la biomasa
La literatura científica contiene opiniones muy divergentes sobre las ventajas e inconvenientes del uso de la biomasa. Principalmente se expresan temores sobre los efectos climáticos del uso de la bioenergía forestal, haciendo hincapié en la necesidad de garantizar una gestión forestal sostenible.
Para determinar si un sistema forestal se gestiona de forma sostenible es necesario tener en cuenta una amplia gama de factores que, en conjunto, determinan la biodiversidad, la productividad, la capacidad de regeneración, la vitalidad y la capacidad de cumplir funciones ecológicas, económicas y sociales.
Comparando diferentes fuentes, es fácil ver que lo que a menudo es señalado como una ventaja por unos, resultará ser una desventaja para otros.
Algunas de las ventajas identificadas
- A diferencia de las centrales eléctricas de carbón y gas, las centrales eléctricas que utilizan biomasa no contribuyen a aumentar los niveles de gases de efecto invernadero (GEI). El nivel de CO2 generado en el proceso de combustión del biocombustible no es superior a la cantidad de CO2 producida durante el proceso de transformación natural de las plantas (fotosíntesis).
- La biomasa es una fuente de energía limpia y renovable. La energía principal procede del sol, y la biomasa resultante de plantas o algas puede volver a crecer en un periodo relativamente corto. Los árboles, los cultivos y los residuos sólidos están siempre disponibles y pueden gestionarse de forma sostenible.
- Si los cultivos se mantienen de forma sostenible, pueden ayudar a compensar las emisiones de carbono absorbiendo dióxido de carbono. Muchas materias primas pueden cosecharse en tierras marginales o praderas, donde no compiten con los cultivos alimentarios.
Algunas de las desventajas identificadas
- El elevado consumo de electricidad y calor se presenta como uno de los argumentos en contra de las centrales termoelécticas de biomasa. El propio proceso de producción lleva mucho tiempo y requiere el uso de tecnología y equipos caros, lo que genera costes significativos y una carga para el medio ambiente.
- La biomasa es una materia prima con un valor calorífico inferior al del carbón o el gas natural. Alrededor del 50% de la biomasa se compone de agua, que se pierde en el proceso de conversión energética. Algunos científicos e ingenieros estiman que no es económicamente viable transportar biomasa a más de 160 kilómetros de donde se procesa.
- La quema de biomasa libera monóxido de carbono, dióxido de carbono, óxidos de nitrógeno y otros contaminantes y partículas. Si estos contaminantes no se capturan y reciclan, la quema de biomasa puede superar la cantidad de contaminantes liberados por los combustibles fósiles.
- Como consecuencia de la combustión de biomasa en calderas, también se generan grandes cantidades de cenizas, que requieren la retirada y limpieza frecuente de las instalaciones de calefacción.
- Los pellets, las astillas y la paja (fuentes de biomasa) requieren un almacenamiento adecuado. Si no se almacenan adecuadamente, absorben rápidamente la humedad y su eficiencia se degrada.
- Si algunas de las fuentes de biomasa no se reponen tan rápidamente como se utilizan, pueden llegar a ser no renovables. Por ejemplo, un bosque puede tardar cientos de años en restablecerse.
- La tierra utilizada para cultivos de biocombustibles, como el maíz y la soja, deja de estar disponible para cultivar alimentos o albergar hábitats naturales.
Según la Columbia Climate School, a medida que evolucionan los debates y descubrimientos en torno a la biomasa, las normativas estatales, federales e internacionales deben distinguir claramente entre los tipos de energía de biomasa que son beneficiosos y los que son perjudiciales.
Considerar que toda la biomasa, independientemente de su origen, es neutra en carbono podría provocar un aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero a escala mundial, así como incrementar el riesgo de deforestación a gran escala de los mayores bosques del mundo.