Sí, el mundo se está calentando y hay cifras que conocer sobre el calentamiento global. Descubre las causas y cómo mitigarlas a lo largo de los próximos años.
El término fue utilizado por primera vez en 1975, en un artículo científico escrito por el geoquímico Wallace Broecker, del Observatorio Geológico Lamont-Doherty de la Universidad de Columbia. Desde entonces se ha hablado mucho del calentamiento global. Hoy, más que nunca, el asunto se ha vuelto inevitable e ineludible. Como dijo Benjamin Franklin: “Cuando el pozo está seco, comprendemos el valor del agua”.
El calentamiento global significa que la temperatura media de la superficie terrestre y de los océanos ha aumentado debido a los gases de efecto invernadero (GEI) producidos por la quema de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas natural. Los GEI, como el dióxido de carbono y el metano, absorben el calor que, de otra manera, se reflejaría en la superficie de la Tierra.
Aunque los ciclos y las fluctuaciones naturales han ocasionado con frecuencia cambios climáticos a lo largo de los últimos 800.000 años, el calentamiento global ha afectado al planeta en las últimas décadas, y eso está directamente relacionado con la actividad humana. Desde 1906, la temperatura media global de la superficie se ha incrementado más de 0,9ºC. El calentamiento está derritiendo los glaciares y el hielo del mar, modificando los patrones de lluvia y provocando la migración de algunos animales.
El cambio climático es un complejo cambio que actualmente afecta al clima y a los sistemas climáticos. Incluye el aumento de las temperaturas medias, pero también los fenómenos meteorológicos extremos, los cambios en la población y los hábitats de la vida salvaje o el aumento del nivel del mar, entre otros impactos.
Del hombre al pingüino de Adelia. El impacto del calentamiento global
En "El origen de las especies" (1859), Charles Darwin expuso que en la naturaleza hay una lucha por la supervivencia y que el que sobrevive no es necesariamente el más fuerte, sino el que mejor se adapta a las condiciones del medio en el que vive. El calentamiento global ha supuesto desafíos complejos para todas las especies vivas. El reto es: adaptarse para no desaparecer. Nosotros hemos seleccionado algunos de los principales impactos.
Deshielo y aumento de la temperatura del océano
El hielo se está derritiendo en todo el mundo, principalmente en los polos terrestres. Esto incluye glaciares de montaña, las capas de hielo que cubren la Antártida occidental y Groenlandia, así como el hielo del mar Ártico. Por ejemplo, en el Parque Nacional de los Glaciares, en Montana, Estados Unidos, la cantidad de glaciares ha descendido por debajo de 30 (en 1910 había 150).
En Islandia, la desaparición del glaciar Okjokull, que en 1980 cubría 16 kilómetros cuadrados, fue señalizada en 2019 con el descubrimiento de una placa colocada en el lugar donde una vez había estado, en la que puedes leer “415 ppm CO2” como referencia al nivel récord de concentración de dióxido de carbono (CO2) registrado en la atmósfera, en mayo de 2018.
En 2019, en Suiza, cientos de activistas por el clima rindieron homenaje al glaciar Pizol, que desapareció como consecuencia del calentamiento global. Durante los últimos 20 años, Los Alpes han perdido el 17% de su hielo, y dos tercios de sus glaciares han perdido volumen, lo que representa entre 0,70 y 1,70 centímetros, de acuerdo con la información disponible en la Agencia de Noticias 247.
Según la Universidad de Ottawa, en Canadá, de los 1.773 glaciares del país, alrededor de 1.353 menguaron entre los años 1999 y 2015. Si tenemos en cuenta que los glaciares acumulan aproximadamente las tres cuartas partes del agua fresca a nivel mundial, el deshielo podría desencadenar la escasez de agua dulce en los próximos años.
Una gran cantidad de hielo derretido contribuye a elevar el nivel del mar. Los niveles del mar a nivel mundial están aumentando 3,2 milímetros por año, y este incremento está siendo más rápido en los últimos años.
Al mismo tiempo, la temperatura de los océanos también ha aumentado. Un estudio desarrollado por la Universidad de Oxford en 2019, revelaba que los océanos habían absorbido el 90% del calentamiento del planeta entre 1971 y 2010. Otro estudio, realizado por 23 investigadores de 14 organismos, concluía que los océanos habían absorbido el equivalente al calor liberado por siete bombas nucleares de Hiroshima, por segundo.
Los retos de las especies marítimas y terrestres
Según se desprende del informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas, hasta un 48% de las plantas y especies animales del mundo están en riesgo de extinción debido al cambio climático. Sin embargo, muchos científicos creen que la reducción de los gases de efecto invernadero podría minimizar el riesgo de extinción hasta un 70%.
El aumento de la temperatura está afectando a la vida salvaje y a sus hábitats. La desaparición del hielo es un reto para especies como el pingüino de Adelia, en la Antártida, donde algunas poblaciones del Oeste de la península han perdido el 90% de su población, o más. A medida que las temperaturas varían, un montón de especies se ven forzadas a migrar. Algunas mariposas, zorros y plantas alpinas han emigrado hacia el norte o hacia zonas más altas y frías.
Sequías e inundaciones
El índice de precipitaciones (lluvia y nieve) se ha incrementado en todo el mundo. Sin embargo, algunas zonas están sufriendo sequías graves, lo que provoca el aumento del riesgo de incendios forestales, la pérdida de cultivos y la escasez de agua dulce.
Algunas especies, incluidos mosquitos, garrapatas, medusas y plagas, proliferan en estas condiciones. El incremento de la población de escarabajos de la corteza, que se alimentan de abetos y pinos, ha devastado millones de hectáreas de bosque en Estados Unidos.
¿Cómo podemos ayudar a sanar el planeta?
La cura para el planeta comienza en nuestra cocina, mesa, garaje y oficina.
1. Moviliza y sensibiliza
Moviliza a amigos y familiares y haz que se sensibilicen con estos temas. Muéstrales las sencillas medidas que todos podemos adoptar para llevar un estilo de vida más ecológico.
2. Alimenta tu casa con energías renovables
De esta forma, ayudarás a reducir (y si es posible, a eliminar completamente) el uso de combustibles fósiles, como petróleo, carbón y gas.
3. Cuida la eficiencia energética de tu casa
Los equipos utilizados para calentar y enfriar las casas consumen casi la mitad de la energía doméstica. Convierte cada habitación de tu casa en más eficiente energéticamente. Por ejemplo, aislando mejor las corrientes de aire.
4. Invierte en equipos y electrodomésticos eficientes energéticamente
La eficiencia energética es la forma más barata de reducir las emisiones. En el momento de elegir equipos y electrodomésticos, comprueba la etiqueta energética, que debe indicar una escala que va desde la A (más eficiente) a la G (menos eficiente), En Portugal, etiquetar esta escala energética es obligatorio desde el 1 de marzo de 2021 para televisiones, frigoríficos, congeladores, lavavajillas, lavadoras y secadoras, y desde septiembre de ese mismo año para las bombillas LED.
5. Reduce el despilfarro de agua
Bombear, calentar y tratar el agua para abastecer tu hogar produce emisiones de CO2. Toma duchas más cortas, y cierra el grifo mientras te cepillas los dientes y lavas los platos.
6. Reduce el desperdicio de comida
Desperdiciando menos comida, podemos reducir la cantidad de energía necesaria para cultivar, empaquetar y transportar la comida. Compostaje de residuos orgánicos. Esta práctica mejora la salud del suelo y reduce las emisiones de gases de efecto invernadero (como el metano liberado).
7. Elige bombillas eficientes
Las luces LED utilizan una sexta parte de la energía para proporcionar la misma cantidad de luz que una bombilla incandescente tradicional y duran 10 veces más como mínimo. A la larga, también son más baratas.
8. Apaga los aparatos que no utilices
En su conjunto, los enchufes de tu casa alimentan un montón de aparatos (audio, vídeo, electrodomésticos, móviles, ordenadores…), y muchos de ellos consumen energía aunque no los estés utilizando (hay quien los llama “consumo fantasma”). Desenchufa los aparatos que estén completamente cargados o que no estés utilizando.
9. Elige un coche inteligente y adopta la bicicleta
Cuando te toque cambiar el coche, elige uno híbrido o eléctrico. El 1 de enero de 2020, entró en vigor el Reglamento (UE) 2019/631, que establece objetivos para reducir las emisiones de CO2 de coches y furgonetas de cara a 2020, 2025 y 2030. Incluye un mecanismo para promover la adopción de vehículos con cero y bajas emisiones (ZLEV). Cuando sea posible, reduce los viajes en coche, comparte un vehículo con más gente y opta por el transporte público o la bicicleta. Esta opción, además de ser ecológica, es beneficiosa para tu salud.
10. Reduce, reutiliza y recicla
Cada año arrojamos al planeta alrededor de 2,12 billones de toneladas de desperdicios. Si toda esa basura se metiera en camiones, estos darían la vuelta al mundo 24 veces (fuente: Foro Económico Mundial). Reduce el consumo, reutiliza siempre que puedas (bolsas, recipientes, ropa, muebles) y recicla todo lo que quieras, respetando las leyes locales.
“Estoy aquí para decirte que nuestro hogar está ardiendo. Según el IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático), estamos a menos de 12 años de no poder deshacer nuestros errores". Greta Thunberg, 16 años, activista (2019)